España y Marruecos reafirman la reapertura de las fronteras comerciales pero siguen sin hacer pública la fecha

El presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, y el primer ministro de Marruecos, Aziz Ajanuch.
El presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, y el primer ministro de Marruecos, Aziz Ajanuch.
EFE/EPA/JALAL MORCHIDI
El presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, y el primer ministro de Marruecos, Aziz Ajanuch.

La reapertura de las aduanas comerciales entre España y Marruecos será una realidad -aunque ya va tarde-. Lo acordaron así hace un año el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y el rey de Marruecos, Mohamed VI, y lo han refrendado este jueves los gobiernos de ambos países en la primera reunión de alto nivel (RAN) mantenida en Rabat desde hace ocho años. Sin embargo, todavía sigue siendo un misterio el cuándo. Moncloa alega "motivos de seguridad" para no facilitar el calendario de un hecho que, dicen, se producirá pronto.

Tanto en Ceuta como en Melilla comenzaron las primeras pruebas la semana pasada, fechas en las que estaba anunciada por el Ejecutivo su puesta en marcha oficial. En el caso de la primera ciudad autónoma, la aduana comercial no existía. En el segundo, es una realidad desde hace tiempo, pero lleva cerrada cuatro años y medio, tras clausurarla el Ejecutivo marroquí de forma unilateral el 1 de agosto de 2018. Esto supuso un grave efecto económico en la economía melillense: según datos de la CEOE, en el año anterior de su cierre se habían facturado 40 millones de euros.

Es por ello por lo que el Gobierno español quiere imprimir velocidad al asunto. Además, la apertura de ambas aduanas supone, implícitamente, el reconocimiento de Marruecos de la soberanía española sobre Ceuta y Melilla, siempre discutida en el reino alauí. En este sentido va otro de los acuerdos de la RAN celebrada este jueves. Según anunció Sánchez en el discurso inaugural, España y Marruecos han pactado "evitar" las "ofensas" sobre la soberanía de cada Estado.

"Vamos a evitar todo aquello que sabemos que ofende a la otra parte, especialmente, en lo que afecta a nuestras respectivas esferas de soberanía", ha asegurado Sánchez ante el plenario del Ministerio de Asuntos Exteriores marroquí, donde se han congregado 11 ministros españoles y otros tantos del país norafricano al comienzo de un encuentro en el que se espera que sellen 24 acuerdos en materia energética, económica, de migración o de educación.

Esta cumbre, ha señalado Sánchez, reviste de "un carácter excepcional" al ser la primera que se celebra en ocho años -la última fue en 2015, con Mariano Rajoy en Moncloa-. Desde su equipo más cercano señalan, además, la importancia de mirar atrás: España y Marruecos tuvieron recientemente una de las mayores crisis diplomáticas de los últimos años por la atención hospitalaria en Logroño de Brahim Ghali, líder del Frente Polisario, que se cerró con el giro de Sánchez respecto al Sáhara Occidental, reconociendo que la propuesta de autonomía de 2007 era la "más creíble y realista".

En su discurso inicial de pocos minutos, Sánchez ha evitado mencionar expresamente al Sáhara Occidental, pero sí se ha referido a la declaración que cerró junto al rey Mohamed VI el pasado 7 de abril, el documento con el que ambos países sellaron el comienzo de "una nueva etapa". La cumbre que se celebra este jueves es la continuación de aquel documento. "Hemos reafirmado la vigencia y la integridad de todos los acuerdos, incluida la declaración del 7 de abril", ha lanzado el presidente.

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